domingo, 19 de agosto de 2012

Recuerdos de la felicidad. Capítulo 2. - Pensamientos inevitables.


No había ser más oportuno en este mundo que mi queridísimo hermano Marcos.  Tenía que empezar a aceptar también lo que me molestara de él. Su bipolaridad, sus instintos cotillas y metomentodo, y como no, sus interrupciones constantes en mis pensamientos.
-Preciosa la manera en la que te metes en mi cabeza, Marc. – le contesté.
-Bien, por lo menos ya sabes por qué nunca te pregunto si probamos el juego de las adivinanzas.- En esos momentos, no me hacía ninguna gracia que se entrometiera. ¿Por qué no seguía durmiendo y me dejaba con mis pensamientos ilógicos? ¿Acaso no lo había hecho siempre que no le importaba, o él no tuviera respuesta machacante para ello?
- Que pensativo eres, Nathan.- y de nuevo ahí está. Mi mente gritaba que se fuera de allí, que volviera a recuperar el estado que tenía haría unos diez minutos, y que se durmiera todo lo que quedaba de viaje. No hizo caso alguno de esto.
- Tu mente es tan simple, y tan gritona. Que me es imposible no meterme en ella. – Contestó.- ¿O acaso no te crees que preferiría estar durmiendo a estar escuchando tus “tal vez”?- dijo con tono divertido. Aun que lo cierto es que en ese momento, no me hacía gracia alguna.
Lo único que me importaba era saber qué me depararía el futuro después de bajar de ese coche. Me daba igual si le aburría a mi burlón y estúpido hermano. Tendría que aguantarse y encargarse de mi. Por una vez en mi vida, iba a ser yo mismo, y a hacer las cosas bien.
Dos días de camino. Veinticuatro horas torturándome, pensando que sería de mi ahora. Posiblemente estaba montando un melodrama. "Vamos Nathan,cálmate", me dije sin éxito alguno. "Haz lo que te parezca, lo que necesites, pero piensa, y cálmate."
-Sí... Piensa.- interrumpió de nuevo Marc.- Piensa, que yo me entretenga.
El auténtico imbécil de mi hermano me estaba haciendo la espera cada vez más larga.
Apoyé la cabeza en el respaldo del asiento, con intención de volverlo loco con mis pensamientos hasta quedarme dormido como una marmota. Desde aquella perspectiva parecía que todo iba muy rápido, y en cierto modo no me equivocaba. Los árboles corrían, la carretera mareaba con sus curvas fatales. Mi hermano estaba cantando éxitos de la radio, mientras el taxista de alto coste y con cara de enfurruñado se limitaba a seguir la carretera, mientras pensaba en no cometer ningún error si quería propina. Más le convendría. Y así, siendo esclavo de los pensamientos que me invadían en aquel momento, conseguí mi propósito. Me dormí.
Dormí en sueño del que ni siquiera recuerdo. Tampoco me preocupaba mucho esto último. Si quería saberlo, sabía a quién preguntar. Miré a Marc unos segundos de reojo. Miraba a la ventana, pacífico. Incluso parecía que no quería destrozarme la vida. Aun que en cierto modo, no quería hacerlo, sólo hacerla un poco más estresante, y desde luego, lo conseguía.
-Eh, hermanito.- giré la cabeza hacia donde se encontraba Marc. Él miraba por la ventana, y señalaba con la mano un vecindario que había justo en frente. Me quedé sin habla. ¿Habíamos llegado ya? Los nervios y la tensión se apoderaron de mi. El taxista giró en dirección izquierda, y tras unos minutos, paró en frente de una casa color granate. Estaba claro que mi hermano no tenía ni pajotera idea de estilo se refiere, pero yo tampoco debería meterme en ese tema. Esta vez, sin embargo, no lo había hecho mal.
Marc salió del coche mucho más rápido que el taxista. Este lo único que quería era volver a su ciudad, por ello cogió las maletas lo más rápido que pudo, alargó la mano a Marc, quien le dió veinte dólares de propina, y tras esto, el taxista malhumorado se perdió de nuestra vista más pronto de lo que me esperaba. Yo tardé mucho más en bajar del coche. Cogí todo lo que podía, y arrastré las cosas con intención de entrar dentro. Marc me paró en la puerta. A pesar de todo se le veía entusiasmado, eufórico. Me consolaba saber que no sólo era yo, si no que él también estaba asustado. Lo sabía. Lo leía.
-¡Bienvenido a tu nueva vida señorito Wallace!

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